viernes, 2 de octubre de 2009

Concurso de mejor historia

Trabajo realizado durante el espacio del taller neurocognitivo en el dispositivo de Hospital de dia
Escribir una historia incluyendo las palabras que se remarcan a continuación.

Abanderado, publicista, apabullar, abanico, invadir, silencio, pianista, querer, bandera, encantador, amistad, verano, abajo, invariable, año.

Historia nº 1

Hace unos años atrás, cuando iba a la escuela fui abanderado. Mientras caminaba con mis compañeros me sentí algo apabullado por la gente que asistió al acto. Pensé inmediatamente que había sido un año positivo y me tranquilice. Mi maestra, agobiada por el calor del verano sostenía su abanico mientras hablaba con nuestras familias. En poco tiempo estudiantes de varias escuelas invadieron el lugar sosteniendo en alto sus banderas. Se produjo un silencio encantador en cuanto el pianista comenzó a tocar el himno y todos nos abrazamos como en un símbolo de amistad. Abajo del escenario, la gente se divirtió mucho

Historia nº 2

Un día de mucho calor una señora estaba en su patio, sentada con un abanico, porque hacia mucho calor y era verano. Adentro de su casa estaba su marido que era pianista y era encantador verlo tocar su piano. En un momento tocan el timbre y era un chico de una escuela que era abanderado y publicista. Era invariable en sus notas y amarse era una de sus características. La señora en un momento se va adentro de la casa y pasa un avión con las banderas de Bolivia y al invadir su casa se asusto y al apabullar su patio se enojo.

Historia nº 3

Era un verano encantador, ese año cuando amarse era un abanico de silencio invariante. El pianista debajo de las banderas del abanderado y la amistad del publicista que ya no era apabullar e invadir.

Historia nº 4

Era un buen chico, era abanderado. Todos los años el estudio estaba en su escala de valores y amores. Estudiaba publicidad y pretendía ser un gran publicista, aunque su abanico de posibilidades para seguir era bastante amplio. Me olvide de algo, además era pianista. Cuando estudiaba y tocaba el piano le gustaba que haya un gran silencio. Nadie lo tenía que invadir. Era una excelente persona.
Cansado ya de no sentirse bien con su figura, fue a un encantador para ver que ocurriría, si vale la pena, si sacaría algún provecho. Pego amistad con el encantador. Justamente era el día de la bandera. Su mes no fue tan invariable.

Historia nº 5

El abanderado pianista viajaba con su bandera y sus dos perros que tenia una gran amistad. Se encargaba de invadir territorio con sus perros mordiendo a la gente hasta que conoció a una publicista que lo abanico porque hacia calor y ella se unió y tuvieron un gran amorío, siguieron apabullando a todos los que se cruzaban bien silenciosos. Cuando llego el verano ellos todavía seguían invariables, de arriba abajo conquistaron hasta que paso el año y conquistaron el mundo.
Historia nº 6

Fue el verano de un año encantador. Con los amigos compartimos amistad y amores. Todos los días íbamos al teatro a ver algún pianista que el publicista del diario recomendaba, todos los escuchábamos en silencio. A la salida nos reíamos de los señores mayores con sus tapados y sus abanicos, los periodistas tenían debajo de la platea que invadir para sacar fotos y opiniones, después llegaba el auto del gobernador con las banderas de la ciudad para convertir al pianista en abanderado de la ciudad y recorrer la ciudad bajo una aclamación y un griterío que era apabullante. Esto era invariable, siempre como todos los años.

Historia nº 7

Desde chico siempre fui encantador, mi alegría era invariable. Desde el colegio era abanderado, izaba la bandera y cada año en verano sufría abajo del ventilador con el abanico en mano. Quería ser pianista y estrechar amistad con un publicista que me hacia tocar temas para sus propagandas de jabón. Querer invadir en silencio las mentes de las personas y apabullar con mi música era mi meta.

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